por panginewen
Volando junto al viento, el puma corría seguro y raudo por las espesas selvas que durante milenios cubrieron Malleko; selvas que ya no existen. Dentro de la inmensidad de la selva, cada ser vivo, hasta las rocas, tienen espíritus, masculinos y femeninos.
Su andar era acompañado por viejos pellines que le aconsejaban en su camino:
Abuelo, ¿por qué pasamos hambre, por qué ya no tenemos agua? ¿Por qué esta lleno de malos espíritus?
¿Qué debo hacer?, preguntaba el puma.
- Ten cuidado con los chon-chon, que son los espíritus de los kalku/brujos. Desde siempre han existido los kalku . Solo los Mapuche pueden ver esos espíritus, como los maulen, los dueños del agua en cierta hora se ven. Para los no Mapuche son mitos, son leyendas; para el Mapuche es verdad.
- Esos dueños se enojan si no pides permiso y no compartes algo con el lugar. Siempre acompaña contigo algo de comer y beber. Sientate y comparte con ellos. Así ellos te guiarán y protegerán.
- Si no llevas nada de comer y tienes hambre. No olvides que cuando matas un animal, solo por necesidad, debes cortarle las patas y la cabeza, para que el espíritu que cuida ese ganado, no entre en colera y no maldiga tu camino.
Panginewen sigió su camino, teniendo presente la advertencia de los kuyfykeche/antiguos.