Al igual que las empresas forestales en el sur, el uso del dinero por parte de las mineras no tiene ningún escrúpulo con tal de calmar su sed (de ganancias) por el agua fósil del norte aymara y lickanantai.
La estrategia es sencilla: divide y vencerás. Esa parece ser la consigna que rige el actuar de los empresarios mineros, tanto chilenos como extranjeros.
Pero también sucede con aquellos que valiéndose de un apellido y origen indígena, validan estas prácticas con tal de saciar su hambre de dinero. – Yo soy indio, y tengo derecho a decidir que las mineras contaminen y consuman agua a su antojo, mientras paguen, no veo ningún problema.
Estos pseudoindios, como les llama una amiga que esta al otro lado de la moneda, son capaces de olvidar cualquier valor y ética que les han enseñado sus ancestros con tal de las empresas les paguen algo. Vendidos y vendidas por unas sucias monedas. Son los mismos que maman desde la teta del Estado beneficios económicos, aceptando mantenerse pasivos ante cualquier avasallamiento empresarial y estatal. Total, ¿qué les importa si ya no vivirán más allí donde padres, abuelos y quizás cuantas generaciones más atrás allí nacieron, convivieron? Ya es parte del pasado, sólo una bonita postal de algo que alguna vez dicen que fue…
Y de aquellos que aún mantienen su conciencia identitaria e histórica, saben que “vender” el agua a las mineras no les traerá más que una muerte en vida. Son guardianes. Odiados, queridos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario